29 de septiembre de 2015

3 días en Baviera (Alemania). Día 3: Partnachklamm - Eibsee

¿Tienes planes hoy?
Amanece con sol. Qué gozada. El día anterior nos encantó y para el tercer día en Baviera dimos muchísimas vueltas al mapa. Habíamos estado mirando opciones. En su momento nos planteamos ir a Innsbruck (Austria) que ya tenía montado el mercado de Navidad. Pero, con tan poco tiempo y desconociendo las carreteras, nos daba la sensación de que no nos iba a cundir demasiado (meses después, en verano, lo visitaríamos, sin mercadillo, claro). También miramos el Konigsee, nos apetecía un montón, pero tampoco eran distancias aptas para tan poco tiempo (también nos resarciríamos en verano), así que nos planteamos que quizá subir al Zugpitze (montaña más alta de Alemania) era una buena opción.

Al Zugpitze se puede subir en telecabina desde Alemania y desde Austria. Sale algo más económico desde Austria pero cuando vimos el precio que cobraban por subir, un ligero escalofrío nos recorrió de la nuca al final de la espalda y, tras recuperar el aliento, optamos por un cambio de plan. El precio por persona eran 50 euros.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Visto el tema, teníamos una alternativa y era pasar a Austria, con la intención de coger una telecabina y hacernos una rutita por la montaña. Nos apetecía muchísimo. Así que coordenadas en el GPS y dirección a Austria (sin coger autopista, que si no hace falta la viñeta, os lo contamos aquí).

Nos vamos buscando Ehrwalder Almbahn (Austria). Ésta es la cabina que nos iba a llevar al punto para iniciar la ruta hacia el Sebensee. Una ruta que no parecía tener grandes dificultades pero que transcurría por los Alpes austriacos, con su paisaje, su lago, era lo que queríamos…

Bueno, pues cuando llegamos, a pesar de haber mirado los horarios, a pesar de haberlo revisado 1.000 veces, está cerrada.

Sí, ahí no había ni el tato, nosotros dos, pisando suelo austriaco por primera vez y mirando alrededor en busca de la luz.

Luz, luz, no vimos. Eso estaba cerrado, pero tras el fracaso, sí que empezamos a desbloquearnos y mirar alrededor. En el camino ya habíamos disfrutado del paisaje y allí veíamos las casas de madera, las montañas… a Austria, había que volver. Había que disfrutarla y así hicimos en agosto de 2015.


Bueno, pues tras el fracaso, por suerte habíamos madrugado, teníamos una alternativa, nos vamos a Partnachklamm, una garganta o cañón que se puede atravesar andando y que se encuentra situado en Garmisch- Partenkirchen.

Allá nos dirigimos. Para visitar esta garganta hay que ir al aparcamiento del lugar donde se celebran los saltos de esquí de comienzo de año ¿Quién no recuerda el Año nuevo cuando ha amanecido temprano o se ha acostado tarde con esos conciertos de Viena o los saltos de esquí en TVE? Ya no se retransmiten en esta cadena pero, durante años, era un clásico en muchas casas… En casas de bien claro, no en las de pachangueros incontrolables, es decir, las de los abuelos.

Trampolín salto Garmisch- Partenkirchen Baviera (Alemania)

Al llegar no fuimos conscientes de que hubiera que pagar por estacionar el coche, lo cierto es que, a la vuelta, vemos que sí que la gente, a pesar de ser domingo, sacaba un ticket. A fecha actual no tenemos noticias de ninguna multa y tampoco muy claro si realmente había que pagar o no por el aparcamiento.

Camino Partnachklamm Baviera (Alemania)

Una vez aparcados, para dirigirse hacia el comienzo de la garganta, hay que seguir a pie una carretera que comienza atravesando los trampolines. Sensaciones encontradas ante ellos. Por un lado, al principio no parecen tan sorprendentemente altos, luego, cuando los miras de perfil, observas que no son solo altos, sino realmente vertiginosos.

Camino Partnachklamm Baviera (Alemania) Camino Partnachklamm Baviera (Alemania)


Hay que continuar el camino que está señalizado hacia el inicio del Cañón. Serán unos 15 minutos andando. Luego se llega a la entrada, para acceder hay que pagar 3 euros persona (otoño 2014) y desde ese momento comienzan unos 700 metros por un estrecho camino acondicionado con pasarelas y cuyo sonido es la caída del agua de forma, casi ensordecedora.

Entrada Partnachklamm Baviera (Alemania)

La altura de las rocas alcanza los 80 metros, por ello, la luz entra con bastante dificultad. La sensación es bastante fresca y húmeda. Os recomendamos para esta visita llevar un calzado cómodo, aunque haga buena temperatura, alguna prenda de manga larga y, sobre todo, a ser posible, un chubasquero, gotea el agua por todas partes. Nos llamó muchísimo la atención la tonalidad del agua en esta zona, algo que también pudimos comprobar en Austria, un azulado a ratos turquesa, a ratos grisáceo…

Partnachklamm Baviera (Alemania)

Os podemos decir que nos reímos muchísimo en este recorrido, como hemos comentado, nos encanta hacer fotografías. En este entorno, la escasez de luz hace difícil sacar buenas imágenes y la posibilidad de llevar un trípode en viajes internacionales, a veces, es complicado, pero es que en este caso, dado el ancho de las pasarelas, tampoco te permite plantarte allí y obstaculizar el paso. Así que en esta ocasión, aquí “el que no escribe” llevaba su gorilla (un trípode que seguramente muchos conocéis) y que tiene una forma un poco curiosa.

Partnachklamm Baviera (Alemania)Partnachklamm Baviera (Alemania)


Desde luego no es un trípode para una reflex, pero hay que reconocer que aquí nos ayudó muchísimo a hacer alguna fotografía decente. Lo gracioso es que la gente pasaba y se quedaba absorta en esa especie de brazos enganchado a la barandilla y un loco chalao, con medio cuerpo fuera y posiciones imposibles. Mientras tanto, aquí la que sí escribe se dedicaba a hacer un video de la situación.

Partnachklamm Baviera (Alemania)

Tras recorrer los 700 metros de cañón de golpe se hace la luz, llegas al río y, a partir de ahí, si quieres te puedes sentar a tomar algo que lleves contigo de comida, continuar por varios senderos o diferentes o rutas (alguna vuelve al aparcamiento inicial) o dar la vuelta y deshacer el camino por donde has venido. Esto último fue lo que hicimos nosotros. Hablamos de unos 7 km aproximadamente, ida y vuelta.

Partnachklamm Baviera (Alemania)

La verdad es que nos gustó la experiencia. Partnachklamm, fuera de los horarios establecidos en su web, se puede visitar gratis, pero solo bajo tu responsabilidad. Es una garganta que, en principio, está abierta todo el año, pero a veces por razones de seguridad la pueden cerrar. Si buscáis por internet, encontraréis unas imágenes invernales del lugar totalmente espectaculares, con mucho hielo y nieve.

Partnachklamm Baviera (Alemania)

Bueno, pues queremos más paisajes, así que nos hemos planteado acercarnos al lago Eibsee, a unos 900 y pico metros, un lago azul, transparente, totalmente rodeado de montañas, a los pies del Zugpitze, la montaña más alta de Alemania (2.950 metros) y desde donde se puede coger la telecabina que te lleva hacia su cumbre. Un paisaje totalmente alpino.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Cuando llegamos allí, los aparcamientos están casi llenos. Después de aparcar, nos acercamos a los alrededores del lago y vemos que está todo cerrado, no hay ningún sitio donde podamos comer, así que nos vemos obligados a coger de nuevo el coche en busca de un bar que nos diera alimento.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Ya era bastante tarde, con lo que nos tenemos que conformar con unos sandwiches de gasolinera, unas patatas, y unas bebidas, que nos comemos en un banquito de una marquesina de autobús que encontramos junto al aparcamiento del lago y telecabina.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

En las zonas rodeadas de montañas, los rayos del sol se esconden pronto entre las cumbres. Cuando habíamos terminado de comer, todavía iluminaban uno de los márgenes del lago Eibsee. Nos encanta el paisaje, cumbres nevadas, agua cristalina, a ratos azul, a ratos verde… Decidimos que podemos intentar seguir el camino que hay y que bordea el lago, y hacer la vuelta circular. Unos 6,5 km.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Rodeando el lago lo pasamos genial, lo que desde lejos parecía un camino circular a ratos se aleja del agua y a ratos se acerca. No tiene desnivel significativo y el placer de respirar ese aire, y sentir el frescor, junto con las imágenes no tiene precio, eso sí, se hace más larga de lo que parece, sobre todo, si te pasa lo mismo que a nosotros, que no controlas bien la velocidad a la que cae la luz en esa zona montañosa, y sientes como la oscuridad se te echa encima.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Aún recordamos el momento en el que empezamos a dejar de cruzarnos con nadie y parecía que nunca llegábamos a la mitad de lago. Ese punto en el que sabes que ya volver atrás no tiene sentido porque, probablemente, tardarías lo mismo que si sigues hacia delante.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Ese momento en el que para tranquilizarte dices en alto “no pasa nada, llevamos las linternas del movil”, pero ninguno de los dos móviles tiene batería, ambos se han descargado, ese momento que “el que no escribe” empieza a decir “mira ¿Lo has oído, ese ruido, serán lobos?” y yo me rio y digo “eso es un buho”... en ese momento te das cuenta que “merece la pena andar al estilo Paquito”.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Llegamos justo al final de la ruta cuando la noche cayó, a las 17.30 de la tarde. De verdad que una ruta circular como ésta, así de sencilla, nos pareció una chulada. Queríamos respirar Alpes y ese día nos los llevábamos puestos.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Desde el Eibsee, ya de noche, vamos hacia Kempten, la escapada a Baviera iba a tocando su fin. En una hora y media, aproximadamente, estábamos allí.

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

En esta ocasión fuimos a cenar a Meckatzer Braeu Engel. Un lugar que frecuentaba algún día casi todas las semanas “el que no escribe”. La verdad es que resultó un lugar muy acogedor, con una comida que estaba bastante buena. Lo que no nos esperábamos era encontrarnos a una camarera, a la que cuando pedimos dos cuentas separadas pareció que le habíamos hecho un insulto a sus difuntos. Aún más nos sorprendió, debido a que “el que no escribe” iba todas las semanas con sus compañeros y era costumbre que lo pidieran así. Intentamos explicarle que la solicitud era por temas profesionales y prometo que usamos nuestra mejor de las sonrisas, pero tras muchas idas y venidas con el monedero y unas caras que eran un poema, acabó dándonos las vueltas con un golpe en la mesa que a mi casi me tiemblan las canillas. 

Lago Eibsee Baviera (Alemania)

Nunca, en ningún lugar, ni en España, ni fuera de aquí, nos hemos encontrado un comportamiento similar. Aún recuerdo cómo salí yo, toda ofuscada diciendo “esto me lo hacen donde me puedo comunicar y no se queda así… no se queda así”. Ahora sonrío… El lugar está bien y, salvo esa ocasión, aquí “el que no escribe” nunca ha tenido ningún problema. 

Llega el momento del último paseo, las últimas bocanadas de aire bávaro por el momento. Es la hora de ir al hotel.

Al día siguiente, día cuarto, solo un desayuno, 2 horas de coche y camino al aeropuerto. “El que no escribe” se quedaba en Alemania, yo volvía a Madrid.

En el avión, no puedo negarlo, llevaba bastante pena pero, a la vez, una sonrisa que no me podía quitar de la cara. Iba escuchando música y mirando por la ventana como Alemania se iba haciendo chiquitita, hasta parecerse a los mapas del colegio. 

Desde luego, había sido una pequeña “gran” escapada. 

Un mordisco a Alemania (Baviera), unas pinceladas de los Alpes, un paseo de fantasía por su castillo, un paseo por la Historia en Munich y unos románticos paseos por lugares como Füssen. Fueron risas, sabores nuevos (para mí, claro), olores, colores, costumbres...

3 días en Baviera (Alemania)

Nos encantó, hizo de esa distancia, que el trabajo ponía de por medio, una gran oportunidad, unos recuerdos de esos que se quedan contigo más allá de unas fotos.

Baviera también fue la responsable de que este año, en verano, nos fuéramos a Austria y ahora estemos completamente enamorados de los viajes paisajísticos. Que ya estábamos conquistados, pero ahora es un amor incondicional.

Además, hemos aprendido que no hace falta hacer un super viaje (que está muy bien, claro) en el que te empapes de todo de golpe. Que las pequeñas escapadas, que no siempre te llevan a los sitios más populares, se viven con intensidad, y que la intensidad es lo que muchas veces hace que las cosas se recuerden para siempre.

Volveremos… ¡Claro que sí!

¿Tienes planes hoy?

Lago Eibsee Baviera (Alemania)



28 de septiembre de 2015

3 días en Baviera (Alemania). Día 2: Castillo Neuschwanstein - Castillo Hohenschwangau - Alpsee - Füssen

¿Tienes planes hoy?
Me encanta. Me encanta abrir los ojos y estar en otro lugar. Bueno, me encanta cuando el otro lugar no es el asiento del Metro, o la mesa de la oficina. En este caso, suena el despertador temprano (madrugamos más de vacaciones que trabajando, pero llamadnos locos, nos gusta madrugar en vacaciones y lo odiamos para ir a trabajar, raritos que somos, oye…). Lo dicho, suena el despertador y, tras remolonear ligeramente, nos hemos duchado y vestido en un pis pas. Sí, estamos en Kempten, Alemania. Y sí, empieza un nuevo día, con grandes planes. Tras el desayuno en el hotel, emprendemos el camino.

Sí habéis llegado aquí sin leer la entrada anterior, es nuestro segundo día de una pequeña escapada por Baviera y el plan de hoy es el siguiente: Castillo de Neuschwanstein, Castillo Hohenschwangau, Alpsee y Füssen.

Lago Alpsee y Castillos Baviera (Alemania)

La zona de los castillos está a unos 40 minutos de Kempten (38 km). El Castillo de Neuschwanstein, también es conocido con el nombre del Castillo del Rey Loco, y así entre el “pueblo llano” como el Castillo de Disney.

En la zona donde se encuentra este castillo hay varias cosas que ver. El Castillo de Neuschwanstein, el Castillo de Hohenschwangau, los museos bávaros y el Alpsee, se encuentran en la misma zona. Ambos castillos son visitables en su interior. Nosotros elegimos Neuschwastein para visitarlo por dentro ya que, como hemos comentado, este corto viaje tenía como objetivo principal disfrutar de los paisajes de la zona.

Zona Castillos Baviera (Alemania)

Respecto a la visita al castillo os comentamos un poco como fue en nuestro caso. Esta fortaleza, junto con el otro castillo, es uno de los destinos estrella para el turismo en la zona, con lo cual está bastante demandado. Tenemos entendido que en temporada alta lo mejor es llevar una reserva previa, os dejamos la web. Nosotros, a pesar de ir en sábado, como era una temporada “normal”, lo que hacemos es acercarnos a primera hora de la mañana a probar suerte.

Desde el parking, se llega al edificio donde se venden los tickets. Ése es el único sitio donde se pueden adquirir las entradas, por eso, es importante que, antes de empezar a dar saltitos por la zona, hacer fotos y distraeros, os acerquéis allí, porque las visitas son con hora. Es decir, allí te venden una entrada para la siguiente hora disponible, y los castillos están a un paseo de la caseta de venta de tickets. Así que lo primero, a comprar las entradas. Nosotros no encontramos apenas gente… 

A la hora de comprar las entradas existen diferentes modalidades, puedes adquirir solo para un castillo, para los dos, o para un castillo y los museos bávaros que también están allí. Existen varias combinaciones, os dejamos de nuevo el enlace para que vosotros lo podáis consultar actualizado. Nosotros, simplemente, cogemos la entrada para Neuschswantein, que son 12 euros por persona.

Lago Alpsee Baviera (Alemania)

Una vez comprados los tickets, nos han dado más o menos la visita para una hora después, así que caminamos un rato, seguimos el camino recto hasta llegar al Alpsee. El Alpsee fue nuestro primer lago de la zona de los Alpes, y la verdad que nos conquistó, nos engatusó y nos robó un cachito de nuestras pupilas para siempre. Había, no solo muchas montañas, sino también mucho otoño, mucha tranquilidad, mucha belleza… Pensar que en verano en ese lago se baña la gente, en aquel momento, mientras lo mirábamos, no se nos habría ocurrido. Este verano, pudimos comprobar que, en los Alpes, esos lagos son muy muy disfrutables y refrescantes. El Alpsee tiene que ser un buen lugar también.

Lago Alpsee Baviera (Alemania)

En ese momento no nos entretenemos más allí, desde abajo hasta subir al castillo hay un paseo y no queremos llegar tarde. Para subir hasta el castillo habrá unos 25 ó 30 minutos más o menos por un camino amplio y cuesta arriba, sin exceso, que te conduce por una zona boscosa hasta la fortaleza.

Subida hacia Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Se puede acceder a pie, y se puede acceder en coche de caballos. Nosotros, de golpe tenemos ganas de hacer una turistadilla, y nos subimos en el coche de caballos, junto con 6 personas más y un perro. Todos cabemos allí. El precio de la gracia, 6 euros persona. Nos parece razonable para darle un poco de “turisteo” al viaje, por si no tenía suficiente. Estas cosillas, a veces hay que hacerlas.

Subida hacia Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

La verdad que nos sentamos, nos toca de espaldas, y vamos escuchando el ruido de las herraduras de los caballos sobre la pista y, poco a poco subiendo, entre los árboles, y dejando la gente a un lado. Estaba bonito el paisaje, los colores ocres, las hojas caídas, el día soleado, aunque en esa zona tiende a ser algo sombrío.

Subida hacia Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

En unos 10-15 minutos, que el caballo se lo toma con calma, estamos arriba (cierto que no dejábamos de ser 6 + “la cochera” ). El carruaje te deja a unos 5 minutos a pie del Castillo. Desde ese punto, hasta la hora de entrada al castillo tenemos unos 20 minutos para hacer unas cuantas fotos del exterior.

Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Cuando planificas este viaje, el “Castillo de Disney” lo ves un imprescindible en tu visita. Hay unas imágenes por la red, que te dejan sin aliento. Cuando estás llegando al castillo, lo que viene a ser la forma de “Castillo de Disney” no la visualizas, ya que depende desde qué perspectiva lo saques, se parece más o menos. De hecho, desde la que realmente parece el castillo de la Bella Durmiente es desde el lateral de la entrada en la distancia, y ahí no sabemos cómo se puede llegar.

Marienbruck Baviera (Alemania) Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

























Desde la entrada del castillo se puede observar en la distancia el Marienbrücke, donde se obtienen unas bonitas vistas de la fortaleza, un puente al que os aconsejamos que os acerquéis a la salida de vuestra visita, o bien antes si contáis con tiempo. El camino al puente sale desde el castillo, lo encontraréis señalizado. Muchas veces, por unos motivos u otros, se encuentra cerrado, generalmente por la nieve pero por ejemplo, actualmente y hasta el 15 de noviembre, lo está también por desprendimiento de rocas. Por lo visto existe algún acceso alternativo o hay quien se salta las indicaciones. En nuestro caso, no hizo falta, ya que estaba perfectamente accesible.

Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Pongamos un poco en situación esta fortaleza. Luis II de Baviera era el famoso “Rey Loco”. Con los reyes no debemos juzgar por sus “sobrenombres”, no hay más que pensar en “Felipe el Hermoso”... 

Luis II de Baviera era hijo de Maximiliano de Baviera y su directo sucesor en el trono. Pero Luis no estaba especialmente motivado a llevar consigo esta función. Dicen que Luis II era un ser especial, con una desarrollada sensibilidad por el arte y la música y con un carácter excéntrico que hacía que la gente de su entorno le molestara. Parece que su infancia no contó con mucho cariño y él mismo se fue aislando, hasta llevar ese aislamiento a extremos insospechados. Pero llegó el día que Luis II tuvo que reinar, tenía 18 años.

Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Sentía absoluto rechazo por la política, los ministros, sus funciones. Él seguía en sus sueños románticos y en su vida solitaria. Con Wagner tuvo una relación estrecha y, gracias a ello, muchas de sus obras se estrenaron en Munich. Aunque acabaron separados por conflictos políticos, el rey dedicó muchos de sus esfuerzos a facilitar y favorecer la vida del compositor.

El pueblo quería a Luis II. Era un rey preocupado por las artes y poco dado a los conflictos bélicos. 

Luis II pensó en aprovechar su posición para construir esas cosas que a él le evadían a los otros mundos, construir sus sueños a través de castillos o palacios. Así, se planteó la construcción en el s.XIX del Castillo de Neuschwanstein. Una fortaleza que en aquellos tiempos no tenía mucho sentido estratégico pero que para el Rey tenía que ser una especie de palacio romántico llevado a sus máximas posibilidades. Era la forma de dar salida a su forma de ver la vida.

Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Gastó lo que tuvo que gastar y, a su alrededor, empezó a tener grandes enemigos. Permanecía en el castillo, entre sus paredes, hasta que empezaron a amenazar embargos y su derroche no parecía terminar. Lo diagnosticaron como loco para que pudiera ser incapacitado para gobernar y murió ahogado en un lago, junto con el psiquiatra que lo diagnosticó, sin tener muy claro el porqué de ese final ¿suicidio, asesinato o ambos?…

Y ahí deja este castillo, en un enclave espectacular, sobre el desfiladero de Pollat. El lugar elegido tiene un sentido, no llegó allí al azar, el Castillo de Hohenschwangau, que está al lado y podréis visitar si deseáis, o solo observar desde fuera, fue rehabilitado por su padre Maximiliano II de Baviera a principios del s.XIX y Luis disfrutó mucho de ese paisaje. Desde luego Luis II estaría loco, pero tonto no era… Es un lugar precioso.

Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Bueno, contada un poco por encima la Historia, empezamos la visita al castillo. Allí te dan unas audioguías en tu idioma y vas siguiendo las visitas por las diferentes estancias, donde no se pueden sacar fotos. 

En el interior se combinan diferentes estilos, diferentes piezas mobiliarias de gran interés y curiosidades que derivan de ser un castillo construido en tiempo modernos. Y entendernos cuando decimos esto, una época en la que ya no se construían castillos. Aquí tuvieron el primer móvil de la historia, tenían luz, agua corriente…

6.000 m2, que se divide en cientos de habitaciones, salas… Un palacio que cuando murió el rey, no vio terminado; en total, se tardó 17 años en hacerlo.

Lo mejor es que disfrutéis con su visita, desde las que, por cierto, se obtienen unas bonitas vistas del entorno.

Vistas del Alpsee desde Castillo Neuschwanstein Baviera (Alemania)

Y la curiosidad que ya todos conocemos es que este castillo fue la inspiración de Walt Disney para su castillo de la Bella Durmiente, que ya está unido para siempre con la marca.

Tras la visita al castillo nos vamos hacia el Marienbrücke. Este puente está caminando cuesta arriba a unos 15 minutos del Castillo del Rey Loco. Lleva el nombre de la madre de Luis II, que era María de Prusia, y lo mandó construir su padre Maximilano II de Baviera. Bajo el puente, una cascada y de frente una preciosa imagen del castillo, de la que advertimos que durante la mañana caen unas sombras importantes…

Camino hacia el Marienbrücke Baviera (Alemania)

Vertiginosa sensación desde ese puente, al que uno se agarra temeroso cuando avanza a través de él y se hace hueco entre otras tantas personas con tantas ganas como tú de hacer “el fotón”. Totalmente recomendable subir al puente, si está abierto.

Castillo de Neuschwanstein desde Marienbrücke

Pasamos muchísimo tiempo allí arriba, y desde ahí iniciamos la bajada a pie, que antes habíamos hecho en coche de caballos a la inversa, en un agradable paseo que nos llevaría unos 20 minutos en total.

Camino de bajada del Marienbrücke Baviera (Alemania)

Nos dirigimos al Alpsee. De camino, observamos el Castillo de Hohenschwangau, el castillo que reconstruyó Maximiliano II de Baviera y desde donde Luis II disfrutó de los paisajes en los que soñó, y consiguió, construir un castillo casi de fantasía.

Castillo de Hohenschwangau Baviera (Alemania)

Y de nuevo, el Alpsee ante nuestra vista, con los colores del sol del mediodía y los mil naranjas de un otoño. Estamos un buen rato por los alrededores. Existe un camino para rodearlo pero nosotros caminamos primero por uno de sus lados sólo durante un rato largo. Fotos, charla, un momento sentados en su orilla para abandonar este espacio de realeza y fantasía y partir hacia Füssen.

Alpsee Baviera (Alemania)

Pero aún no hemos comido y ya es la hora de tomar algo, de hecho, allí ya es la hora de haberlo tomado hace un rato. Muy cerca del castillo hay un puesto en el que venden salchichas (de diferentes tipos y pan). No hay tiempo de pensar. Unas patatas, unas salchichas y estamos servidos. La mujer no resulta ser el icono de la simpatía, la verdad.

Alpsee Baviera (Alemania)

Nos las comemos en la calle, sentados en unos bancos, que hay al lado, aprovechando los rayos de sol. Pero al respirar se puede ver el vaho en el ambiente, hace más fresco del que parece y, cuando acabamos, tenemos las manos frías. Nos gusta.

Füseen está a escasos minutos de los castillos. Cuando llegamos, vemos una calle en la que se puede aparcar aparentemente, aunque está marcada con líneas de parquímetro.

Füssen Baviera (Alemania)

Preguntamos a un hombre que nos aclara que los sábados por la tarde se puede aparcar sin pagar. Lo hacemos a escasos metros de la entrada a la zona peatonal.

Füssen está considerada una ciudad romántica, hacemos la entrada por su calle principal, Reichenstrasse. Nos resulta muy pintoresco. Esa arquitectura tan diferente a lo que estamos acostumbrados, fachadas planas, coloreadas y pintadas… Nos llama la atención lo tranquilo que está todo, es sábado y no hay demasiada gente por la calle, los comercios, eso sí, aún están abiertos.

Füssen Baviera (Alemania)

La calle termina en la plaza en cuyo centro hay una escultura del patrón del lugar. Luego, nos vamos sumergiendo, primero en las calles que salen a la izquierda desde allí, y después a la derecha.

Füssen Baviera (Alemania)

Encontramos el Castillo Alto (Hohe Schloss), cuya fachada cuenta con una especie de trampantojos que se ven en la zona que pretenden dar una sensación tridimensional a las ventanas. El origen de este castillo, se remonta a hace muchos siglos.

Füssen Baviera (Alemania)

Entonces Füssen formaba parte de la Vía Augusta y los obispos de Augsburgo construyeron su residencia de verano aquí. A ella pertenece la Torre del Reloj.

Füssen Baviera (Alemania) Füssen Baviera (Alemania)




El Monasterio de St Mang, también nació como segunda residencia. Un monasterio benedictino que acoge el museo de la ciudad y se encuentra en su interior el fresco más antiguo de toda Baviera.

Füssen Baviera (Alemania)

Nosotros, en la tarde del sábado, nos dedicamos a pasear en todos los sentidos posibles por el casco de Füssen hasta que casi hemos agotado sus rincones, el empedrado de las piedras y las fachadas de colores.

Füssen Baviera (Alemania)

Nos volvemos a Kempten, en 30 minutos estamos de nuevo allí, listos para cenar y darnos un paseo nocturno al terminar.

Aquí, “el que no escribe” me lleva ese día a un local para comer comida típica de Baviera. Me promete camareros vestidos con sus pantalones, camisas y medias y camareras con corpiños ajustados, realmente me preocupa lo ajustados que van, y sus faldas con vuelo. 

El local elegido está al lado de la Residenz y es algo ruidoso pero agradable. Mesas de madera, luz anaranjada y platos abundantes (como allí saben) que bailan junto con las jarras de cerveza de lado a lado ¿Qué cenamos? Codillo y una patata asada gigantesca con salsa y relleno que pensé que nunca nos terminaríamos. Pero no hay que infravalorar nuestra capacidad, cuando menos lo esperas ¡Zasca! hemos acabado con todo.

Füssen Baviera (Alemania)

Lo bueno de las cenas tempraneras es que luego tienes tiempo de pasear para bajarlas. Así, que, casi como si estuviéramos solos en la ciudad, nos perdemos por la plaza donde estaban montando el mercadillo de Navidad que abrirían tan solo unos días después y yo no vería (al menos, me libré de probar el vino caliente, típico de la zona en invierno, “el que no escribe” sí tuvo que pasar por este “trago”)…

De ahí, nos dirigimos ya al hotel, con las manos y la cara bien fresquitas. Al día siguiente, domingo, teníamos variados planes, algunos se irían frustrando de forma consecutiva, pero el resultado final no estuvo nada mal… toca paisajes y naturaleza…

¿Tienes planes hoy?

Baviera (Alemania) Alpes y lago Alpsee




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